domingo, 17 de diciembre de 2017

Llegamos tarde a todas partes



 John Kenn Mortensen


Sandra Russo y sus Veintidós cuentos cortos y ligeros
“Uno creció con la sensación de llegar tarde a todas partes”
La periodista y escritora aclara que lo “ligero” del título de su nuevo libro tiene más que ver con el modo de escritura que con el contenido: “Soy lo contrario a los que están diez años escribiendo. Cuando pasás del periodismo al libro, ya no sacralizás tanto”.


Silvina Friera –Hay varios cuentos atravesados por la dictadura como “1979” y “Cucarachas”. En uno de esos cuentos la narradora dice: “Eran años raros, tristes, peligrosos, y eran los años de nuestra juventud”. Queda claro por qué eran peligrosos, pero ¿por qué eran años tristes?
Sandra Russo –Eran tristes para estos personajes, que eran pibes de 18 o 19 años. Yo los viví con mucha tristeza. Cuando me acuerdo de esa época, no me acuerdo tanto del terror porque yo no tenía militancia política. Lo primero que me aparece es la tristeza, la imposibilidad de fiesta. No había alegría; eran años melancólicos, no eran años divertidos. Era todo muy silencioso, muy en secreto, muy inexplicable. Si sabías, era terrorífico. Si no sabías, era inexplicable. Eso era triste.

[...]

Silvina Friera –¿Por qué su generación era “la que llegaba tarde a todas partes”?
Sandra Russo –Llegamos tarde a la lucha armada, llegamos tarde a la militancia política. Yo llegué a Sociología cuando levantaron la carrera, llegué a Letras cuando ya estaban desapareciendo a todos. Cuando llegué al Conservatorio de Arte Dramático, me dijeron: “llegaste tarde; hace un par de años esto era una gloria”. Por eso tampoco cursé ninguna carrera hasta que cursé Comunicación muchos años después. Salí del secundario en una época donde empezaba la dictadura y lo mejor ya había pasado. No se sabía qué era lo que venía, pero la sensación con la que uno creció era que llegaba tarde a todas partes. Es una sensación que uno arrastra.

miércoles, 28 de junio de 2017

Es la vida la que nos vive





Valeria Tentoni: En tu ensayo Dioniso, también publicado por El hilo de Ariadna, trabajás la idea de la vida como algo que vive a través de nosotros, no a la inversa. Probablemente lo estoy citando mal, ¿podrías ahondar en el concepto? 

Hugo Mugica: Siempre tenemos la idea de la vida por un lado y nosotros por el otro.

Valeria Tentoni: De nosotros viviendo la vida.

Hugo Mugica: Claro, pero voy a pensar en la vida viviéndonos. Es la vida la que nos vive, nosotros somos ella. Yo cada vez estoy más impresionado por esa idea. Este último libro se llama Al alba los pájaros, y sale de un verso que dice que al alba no cantan los pájaros, es el alba que los canta. Después me doy cuenta de que empiezo a fundir más esa idea de que todos nos estamos creando, y todos somos esa vida, y veo cómo se van aboliendo las separaciones.