martes, 24 de julio de 2012

Las cuatro grandes bellezas chinas





La historia de China ha estado plagada de nombres de figuras heroicas, poderosas, temibles pero... a veces también bellas. Hoy queremos recordar las que han quedado más grabadas en el registro popular, a mitad de camino entre la historia y la leyenda. Nos referimos a las famosas “cuatro grandes bellezas” (四大美女/si4da4mei3nv3), mujeres que vivieron hace bastantes siglos pero que aún hoy siguen influyendo en canciones y poemas.

Sus nombres eran
西施/Xi1Shi1 (que vivió en el siglo V a.C.), 王昭君/Wang2Zhao1Jun1 (en el siglo I a.C.), 貂蝉/Diao1Chan2 (en el siglo II d.C), y 杨贵妃/Yang2Gui4fei1 (en el siglo VIII d.C.)





A diferencia de nuestro concepto de belleza occidental, la belleza de aquellas mujeres se caracterizaba principalmente por su naturaleza reservada, amable y suave (
含蓄/han2xu4/reservado, 温柔/wen1rou2/amable, tierno), lo que unido a su belleza exterior resultaba evidentemente una combinación que daba rienda suelta a encendidas y apasionadas alabanzas, entre las cuales destacan unos versos famosos en los que se explica que ante XiShi “los peces se hundían”, ante Wang Zhaojun “los gansos caían del cielo”, la belleza de Diao Chan “eclipsaba a la luna” y viendo la belleza de Yang Guifei “las flores se avergonzaban”.

El texto del poema es el siguiente:
西施沉魚/ Xi1shi1 chen2 yu2 / Xishi hunde a los peces
昭君落雁/ Zhao1jun1 luo4 yan4 / Zhaojun derriba a las aves
貂嬋閉月 / Diao1chan2 bi4 yue4 / Diaochan oculta la luna
貴妃羞花 / Gui4fei1 xiu1 hua1 / Guifei avergüenza a las flores

Texto tomado de Chinoesferawww.chinoesfera.com



miércoles, 18 de julio de 2012

Guerra de la Triple Infamia - Historia de una foto

Esteban García - Montón de cadáveres paraguayos

La tarde del 28 de febrero de 1870, Esteban García marchaba junto a los últimos 409 soldados paraguayos que quedaban vivos de entre los 100 mil que el mariscal Francisco Solano López había alzado en armas durante aquellos cinco largos años de guerra. El joven fotógrafo empujaba una carreta desvencijada donde llevaba el pesado equipo con el que estaba fotografiando a ese ejército acorralado por las tropas de la Triple Alianza.

Esteban García se había incorporado como aprendiz de la casa fotográfica W. Bate & Co., recién instalada en Montevideo. Allí había aprendido los rudimentos de la novedosísima técnica de toma con placas de coloidón húmedo, que debían ser reveladas mediante un complicado proceso in situ, por demás inestable. Al poco tiempo, convertido en asistente de Javier López, fotógrafo oficial de la empresa, había sido enviado junto con él a realizar aquel primer reportaje bélico de nuestra tierra. Las fotografías de López, que se venderían luego en colecciones de diez copias de albúmina dentro de unas carpetas tituladas La Guerra Ilustrada eran, en general, imágenes triunfalistas. Pero había una desgarradora. La imagen en cuestión, hecha el 24 de mayo de 1866, día en el que Paraguay perdió la batalla de Tuyutí, lleva por título “Montón de cadáveres paraguayos” y muestra una pila de hombres muertos, listos para ser incinerados. Pero esta fotografía no fue tomada por Javier López sino por Esteban García, aunque en el álbum nunca haya sido aclarado...

García –que se había pasado al bando paraguayo al ver la injusticia de aquel conflicto– fue obligado por los aliados a destruir, una por una, la pila de placas de vidrio que había tomado durante la larga agonía de la derrota. Luego había sido fusilado. El registro del valor con el que el Paraguay enfrentó su exterminio, y que García fotografió, fue hecho añicos junto con esos negativos. Se salvó sólo esta imagen: “Montón de cadáveres paraguayos”, por un hecho fortuito que la crónica no aclara...

Existen escasas fotografías que muestren la verdadera masacre de la guerra contra el Paraguay. Quizá la más explícita sea ésta...

Marcos Zimmermann

  • Párrafos extraídos del artículo ¡Ay, Paraguay! del suplemento Radar del diario Página/12

viernes, 6 de julio de 2012

Vivir la vida


Edward Hopper - Railroad Sunset (1929)

"Kierkegaard decía que el problema de la vida es que se la vive para adelante pero se la entiende para atrás."

Juan Forn
Veneno (Página/12)