Fuente : Diario Clarín, Suplemento Si!, Columna “Libros Que Muerden”
Por Laura Ramos
Nadie sabe a ciencia cierta por qué lo hizo. Pero el 26 de marzo de 1969 John Kennedy Toole, natural de Nueva Orleáns, estacionó su coche cerca de la población de Biloxi, Mississipi, conectó un trozo de manguera al tubo de escape, introdujo el otro extremo por la puerta trasera, se encerró en el vehículo y echó vuelo al otro mundo. Tenía treinta y un años. Se retiró definitivamente de la escena, como diría J.D. Salinger, ignorando que su obra literaria, aún sin publicar, se convertiría varios años más tarde en objeto de culto de buena parte de sus contemporáneos. Cuando tenía quince años de edad y acababa de aprender a conducir, John invitó a su madre a Airline Highway y le señaló un enorme anuncio iluminado con neón que tenía la forma de un libro abierto. En la página izquierda se leía “Sagrada Biblia”, y en la derecha “Iglesia Baptista de Midcity”. Thelma Ducoing Toole y su único hijo sonrieron. Por esos días, el muchacho pasó unas semanas con un compañero de clase en el Mississipi rural. Había encontrado el escenario y el título de su primer relato, La Biblia de Neón. Lo escribió recién un año después, cuando cumplió los dieciséis. La Biblia narra las aventuras de un adolescente en un pueblo miserable del sur norteamericano, cuya alma gemela es la vieja tía Mae, una rubia de voluminosas delanteras y boas de plumas que apesta a perfumes fuertes. John Toole hizo dos cursos juntos en la escuela elemental y luego asistió como becario a la Universidad de Tulane y la escuela para graduados de Columbia. Parecía tener una inteligencia excepcional y un talento especial para las artes, la música y la escritura.
Dos imágenes de su infancia en New Orleans
Durante dos años de servicio militar en Puerto Rico escribió su obra maestra, una novela picaresca de casi cuatrocientas páginas que llamó La Conjura de Los Necios. Su héroe lgnatius J. Reilly, un Quijote escatológico y obeso que usa un reloj pulsera del Ratón Mickey y está escribiendo una gran denuncia contra el siglo XX. Mientras transcurren sus andanzas, entre pantagruélicos accesos de flatos y eructos, lgnatius lamenta el desmoronamiento del sistema medieval y vitupera el reinado del caos, la demencia y el mal gusto, propio de las personas faltas de “la teología y la geometría”. En el año 1963, John ofreció La Conjura de Los Necios a la editorial Simon and Schuster, y durante los dos años siguientes efectuó innumerables revisiones al texto, tal cual se lo solicitó el director literario, hasta que una insoportable melancolía lo obligó a desistir. Entretanto daba clases en un college de su ciudad, estudiaba para doctorarse en lengua inglesa y vivía en el hogar familiar. En enero de 1969 desapareció del college y de su casa. En marzo, la policía informó a los Toole que su hijo se habla suicidado en la costa del golfo de México. Dejó una nota dirigida "A mis padres", que su madre destruyó después de leer. Durante los años siguientes Mrs.Toole recorrió las oficinas de ocho editores con el original de la novela de su hijo en las manos, y uno a uno rechazaron el manuscrito. Por fin, en 1976, Thelma se presentó ante Walker Percy, que estaba impartiendo un curso de práctica literaria en le Universidad de Loyola. "Esta es una obra maestra”, le dijo, mientras le ponía el grueso volumen copiado en papel carbónico sobre el escritorio. Semanas después, la editorial de la Universidad Estatal de Louisiana publicaba el volumen. En 1981, la novela recibía Premio Pulitzer y se traducía más de diez idiomas. Thelma empezó a conceder entrevistas y a presentarse públicamente para escenificar escenas del libro, hablar de su hijo, tocar el piano y cantar.
Cuando descubrió La Biblia de neón entre los papeles de John, los abogados le recordaron que según las leyes de Lousiana la mitad de los derechos pertenecían al hermano de su marido y a sus hijos, quienes habían renunciado a su parte de los beneficios de La conjura antes de que su pariente se hiciera célebre. Thelma dirigió cartas de protesta al gobernador, al tribunal supremo del Estado y a los congresistas, pero no le hicieron caso. Entonces se negó a publicar la novela. Antes de morir, encargó al critico literario W. Kenneth Holditch que velara porque no se violara su voluntad, y modificó su testamento en esos términos. Luego de tres años de litigios, en 1987 un juez de Nueva Orleáns decretó la división de derechos del libro, y La Biblia de Neón se publicó en todo el mundo. Excesiva en su voluntad farsesca y en todo lo demás, La conjura es una mirada irónica sobre la sociedad contemporánea. Tan desesperanzada de la sociedad como la anterior, en La Biblia de Neón, en cambio, se respira la ingenuidad y el desasosiego del Joven Toole. Ambas enclavadas en la historia del tubo de escape dicen todo lo que hay que decir sobre esté mundo.
Laura Ramos
-------------------------------------------------------------------------------
Dos novelas fantásticas. Con la primera se me estrujó el corazón, con la segunda no podía parar de reirme. En casos como el de JKT uno siempre se queda preguntando que más habría escrito de haber seguido viviendo. Las leí hace ya unos años y sé que volveré a hacerlo otra vez. Son para mí de esos libros-hitos que marcan y no se olvidan. Esas obras donde uno puede escuchar una voz original entre tanto ruido y monotonía.
- La Biblia de Neón (The Neon Bible)
- La Conjura de los Necios (A Confederacy of Dunces)
6 comentarios:
Comparto lo que dices sobre JKT y la Conjura. Adoro ese libro. La Biblia de Neón aún no pasó por mí.
Fijate que yo no sabía que había escrito la Biblia a los 16, y que, carajos, la venía masticando desde los 15!!!
Me pareció muy interesante toda la entrada.
salú!
silvia
Hola Silvia.
Si, leí los dos y son muy buenos; de todos modos La Conjura... es el mejor, sobre todo si te engancha ese tipo de humor. Es fantástico.
¡shalú!
Hola! Me encantó La conjura de los necios, Ignatius es el arquetipo del antihéroe. Llegó a mis manos gracias a mi primer novio, una de las cosas buenas que me dejó aquella historia.
Yo lo conocí por esta columna del diario Clarín que era muy interesante. Creo que la dirigía Rodrigo Fresán si no me equivoco. Duro lo que un suspiro, claro. Y lo que más le agradecería es esta recomendación de los libros de JKT. La Conjura es desopilante.
Hola Marxe. Este es uno de esos libros que alguien en buena hora te recomienda y que nunca le estarás lo suficientemente agradecido.
... aunque no te lo creas, sigo este blog (y el otro).
Saludos.
¡Hola Luigi! Que lindo verte por estos pagos. ¿Para cuándo tu blog?
Así te devuelvo las visitas :)
Un abrazo.
Publicar un comentario