The Matrix (Andy y Lana Wachowski, 1999)
En The Matrix, la humanidad aparecía limitada a servir de pila energética enchufada a una gran maquinaria que usaba sus procesos bioeléctricos y a cambio le hacía soñar un sueño eterno, que los protagonistas venían a poner en evidencia. Viendo el modo en que la gente se comporta ultimamente con sus teléfonos celulares y demás equipos de conexión individual he llegado a pensar que no estamos muy lejos de la ficción planteada por la película. El mundo es cada vez más virtual y estar desconectado es un alto riesgo "social". En un artículo se señalaba que el 70% de los usuarios de estos aparatos afirman que olvidarse el celular en casa es la principal causa de ansiedad en sus vidas (algo que ya tiene nombre técnico y todo: nomofobia). ¿Es The Matrix una gran exageración cinematográfica o es el anticipo de una realidad más próxima de lo que creemos? El tiempo lo dirá.
Hace unos días me tope con un artículo sobre este tema tomando en cuenta lo que está pasando en las salas de cine, y que me gustaría compartir con ustedes.
Esa luz de celular en la sala de cine...
El autor, citando como antecedente la compleja
relación entre la TV y el cine, sostiene que quienes no dejan de mirar
el celular durante la película definen “un nuevo tipo de espectador, que
impondrá condiciones”, y que ese espectador es la realización del
cyborg que anticipó la ciencia ficción.
por César Hazaki
[...]Y el espectador con su celular prendido no es anónimo, no trata de pasar desapercibido, como tampoco lo pretenden los que comen pochoclo de un balde: está dispuesto a romper la liturgia que conocíamos en el cine. En su prepotencia de cyborg, poco le importan los reclamos de los humanos espectadores (restos arqueológicos de la humanidad pretérita); él no quiere la oscuridad completa, no quiere estar atento sólo a la proyección, no quiere perderse nada de su mundo personal durante la película. En la sociedad del espectáculo, el cyborg no acepta ser espectador, quiere ser protagonista.
En definitiva quiere hacer lo que aprendió y desarrolló en su casa viendo televisión: comer comida rápida, atender el teléfono y hacer zapping. El control remoto era una herramienta, todavía fuera del cuerpo, aunque no se soltara de la mano. El celular es parte inseparable del propio cuerpo: va con él a todas partes, se escucha directamente en el oído, se habla con él más que con quien se viaja o se trabaja. El celular constituye una nueva especie de humanidad, y los cyborg muestran las nuevas formas de subjetivación condicionadas por la tecnología.
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