viernes, 11 de junio de 2021

Humildad y coraje

 

Alberto Goldenstein - Verano 005 1994-95



Humildad y coraje requiere el amor.

Humildad para no pedir más que lo que necesitamos. Para no necesitar más que lo necesario.

Coraje para no aceptar lo que no queremos. Para no limitarnos con la expectativa de que el otro haga lo mismo.

Sin humildad, hay voracidad del otro.

Sin coraje, falso altruismo.

Luciano Lutereau

sábado, 3 de abril de 2021

Te amo

 

Alejandra Karageorgiu  -  Bendición


De qué hablamos cuando hablamos de amor. A veces, decir "Te amo" es decir "No me dejes". Otras es decir "No cambies". Con amor, no solo expresamos un sentimiento, sino expectativas vinculares. Por eso hay momentos en los que decir "Te amo" puede ser un modo de forzar una relación, buscar un efecto. Me gusta pensar que siempre mentimos un poco cuando decimos "Te amo", porque al decirlo queremos algo más. En ocasiones, decir "Te amo" es un tipo de chantaje. Hay también algo del extorsionador en el enamorado que dice "Te amo". Con cada "Te amo" secuestramos una parte del otro y pedimos un rescate. Y así podría seguir, con la demostración del contenido implícito en esta expresión, pero nadie va a dejar de usarla. Por suerte. Es que al mismo tiempo dice tan bien lo que no sabemos decir de otro modo. Tal vez por eso necesitamos esas dos palabras que no quieren decir mucho, o dicen lo que no queremos saber que dicen. No las vamos a dejar de decir nunca. Cada vez que decimos "Te amo", reprimimos lo que estas palabras dicen. Solo un inconsciente dice "Te amo". Gracias a que existe el inconsciente se dice "Te amo". Por eso nunca vamos a dejar de decir esas dos palabras que dicen todo y nada a la vez.

Luciano Lutereau

sábado, 22 de agosto de 2020

El plan Marshall

 


El Plan Marshall

Catita hace memoria

De Pedro, su padre, tiene recuerdos de recuerdos: "Murió dos meses después de mi nacimiento —cuenta para SOMOS Marina Traverso/Niní Marshall—. Dicen que era muy buen mozo y muy inteligente". De su madre, María Ángela Pérez, heredó el hábito de cantar, registro de soprano y afinación perfecta. De su infancia y su adolescencia (tres hermanos, casona en Defensa 219, bachillerato desganado), redondea: "Fui muy feliz." Tres casamientos: con Felipe Edelman, padre de su hija AngeIita, con Marcelo Salcedo y con el cineasta mexicano Carmelo Santiago. Primera actividad artística: cancionista internacional. Segunda y definitiva: actriz. Éxito, premios. Un exilio en 1950 que la llevó a México. Autodefiniciones: "Soy perfeccionista." "Soy sólo una buena observadora, con sentido del humor desde chica." Gustos: la ropa de buen corte (modista preferido: Luis Bocú), las antigüedades, la radio, pintar y la pintura figurativa (con énfasis en Goya) el nuevo cine español, la escuela italiana (Gassmann, Magnani, Sordi). Un moderado disgusto: "Los que me plagian sin tener la cortesía de citar fuentes." Profesional (dócil con el fotógrafo, atenta a retratar su mejor perfil). No hace chistes: el genio aparece cuando se escapa alguno de sus personajes ("Premiso. Voy a usar el taléfano pr' hablar con mi amija Dolores", Cándida. "¡Ay, de los narvios me agarró una picazón en todo el cuerpo humano!" Catita. El porsu de Mónica Bedoya Hueyo de Picos Pardos Sunsuet Croston. Y otras locuras de Belarmina, el Mingo, la niña Jovita y Doña Caterina).

Reciente autora de Mis memorias —de puro tímida se diría que las escribió para que nunca más la torturen con preguntas—, Nini Marshall lleva un largo idilio con la literatura. Leyó y lee mucho y desordenadamente. Escribió Alfilerazos (revista Sintonía, 1933/34), unas columnas divertidísimas donde ironizaba gaffes, tics e idiotismos radiales. Y escribió, siempre -"en parte porque soy desconfiada"- los libretos para sus personajes. ("Los preferidos, simplemente porque el público se identificaba afectivamente con ellos, pasaron al cine: entre mis 26 filmes argentinos, hice 9 como Catita y 6 como Cándida"). Sobre otros gajes de su largo oficio, Niní Marshall dijo cosas como éstas.

• "Mi primera macchietta fue Cándida, que nació, hecha para la radio, en 1937. Tenía un antecedente inmediato, Francisca, la sirvienta gallega que tuvimos en mi casa paterna. En la misma audición (Radio El Mundo, mi partenaire de entonces, Juan Carlos Thorry) surgió, primero como, broma mía para mis compañeros y después ya como personaje, Catalina Pizzafrolla, Catita. Catita tuvo como modelos a las chicas -algunas ya no lo eran tanto- que esperaban pacientemente la salida de Thorry para pedirle un utógrafo. Chismosas, enredadoras y meteretas, muy cercana la infancia en casas de inquilinato, espejos, del quiero y no puedo. Retuve algunos de sus dichos (ese increíble "Desde hoy, una amiga más" con que remataban las presentaciones), observé que se comían las eses finales, otras consonantes y a veces sílabas enteras (¿se acuerda del saludo de Catita?,"As noches, muchachos"). Les hice la radiografía y acentué sus defectos: las caricaturicé.

• También corrió por mi cuenta vestir a los personajes. Las audiciones, por entonces, se hacían con público presente en el estudio. Por lo tanto, yo tenía que caracterizarme de cada personaje. Elegí para Catita telas estampadas con motivos extravagantes -compradas en la tienda La piedad-, de colores vivos, profusión de bordados en canutillos y lentejuelas. Le puse sombreros que remataban en aigrettes, más flores más moños. Y un zorro de cuarto pelo —ni de medio era-, aminículo indispensable para Catita, para que rabeen sus vecinas. Y Catita lo usaba para todo hasta para ir a trabajar.

• La moda ha estandarizado ciertos gustos. Y la educación ha limado muchas de sus burradas. Pero Catitas habrá siempre.

Sabia Niní Marshall. Tanto como para haber elegido intuitivamente un recurso que emplearon grandes humoristas (Twain, Daninos, del Campo): el de la falsa ingenuidad. Poner a un novato dentro de un grupo cuyas convenciones desconoce. Verbigracia: Catita en el Colón. El resto será su desopilante informe sobre Rigoletto.

Vilma Colina 

Foto: Jorge Salto

SOMOS 23/10/85

martes, 2 de abril de 2019

¿Qué es un fósil?



Debido al "éxito" de la entrada en este blog sobre los fósiles rodados, en en el cual me han preguntado mucho qué es exactamente un fósil, paso a poner la explicación de los expertos. En este caso, los investigadores del Museo Paleontológico Egidio Feruglio:

¿Qué es un fósil? Es común pensar en huesos de dinosaurios. Sin embargo, no son los únicos. Un fósil es cualquier resto de un organismo o indicio de su actividad que se haya preservado en la corteza terrestre, por ejemplo: los restos de una planta, la conchilla de un invertebrado o incluso las huellas que haya dejado animal que vivió en el pasado geológico.

A los que les interese profundizar en el tema les dejo este maravilloso librito donde además de desarrollar el tema de los fósiles (Cap.1) nos cuentan sobre la vida en nuestro país hace millones de años.

Que aproveche.


Actualización:

Sumo la excelente explicación del Museo de Ciencias Naturales de Miramar:



martes, 18 de septiembre de 2018

Determinismo y azar

 Ben Zank

Mónica López Ocón–Suele pensarse el psicoanálisis como algo que sucede sólo entre el paciente y el analista. En su libro usted incluye también la dimensión social. ¿De qué forma un analista puede incorporar al análisis una crisis tan brutal como la que vivimos hoy?


Luis Hornstein–Esto tiene que ver con distintas orientaciones dentro de psicoanálisis, con el lugar que cada una de ellas le da a la realidad actual. El psicoanálisis estuvo muy tomado por una concepción determinista en la que la infancia era un destino, en vez de considerar que, cuando estamos frente a personas menos patológicas, la historia es una mezcla de determinismo y azar. El azar tiene que ver con la realidad actual. Muchas veces se confunde historia con historia infantil; la historia de un individuo tiene que ver con la historia infantil, pero también con la historia adolescente, con el resto de la historia. La otra cuestión que tiene que ver con lo que estamos viviendo es la dimensión traumática. Lo traumático es todo exceso que no puede ser metabolizado. Si uno tuviera una actualización –yo pretendo tenerla– y pudiera pensar al psiquismo como un sistema abierto y no como un sistema cerrado, las cosas serían distintas.





domingo, 17 de diciembre de 2017

Llegamos tarde a todas partes



 John Kenn Mortensen


Sandra Russo y sus Veintidós cuentos cortos y ligeros
“Uno creció con la sensación de llegar tarde a todas partes”
La periodista y escritora aclara que lo “ligero” del título de su nuevo libro tiene más que ver con el modo de escritura que con el contenido: “Soy lo contrario a los que están diez años escribiendo. Cuando pasás del periodismo al libro, ya no sacralizás tanto”.


Silvina Friera –Hay varios cuentos atravesados por la dictadura como “1979” y “Cucarachas”. En uno de esos cuentos la narradora dice: “Eran años raros, tristes, peligrosos, y eran los años de nuestra juventud”. Queda claro por qué eran peligrosos, pero ¿por qué eran años tristes?
Sandra Russo –Eran tristes para estos personajes, que eran pibes de 18 o 19 años. Yo los viví con mucha tristeza. Cuando me acuerdo de esa época, no me acuerdo tanto del terror porque yo no tenía militancia política. Lo primero que me aparece es la tristeza, la imposibilidad de fiesta. No había alegría; eran años melancólicos, no eran años divertidos. Era todo muy silencioso, muy en secreto, muy inexplicable. Si sabías, era terrorífico. Si no sabías, era inexplicable. Eso era triste.

[...]

Silvina Friera –¿Por qué su generación era “la que llegaba tarde a todas partes”?
Sandra Russo –Llegamos tarde a la lucha armada, llegamos tarde a la militancia política. Yo llegué a Sociología cuando levantaron la carrera, llegué a Letras cuando ya estaban desapareciendo a todos. Cuando llegué al Conservatorio de Arte Dramático, me dijeron: “llegaste tarde; hace un par de años esto era una gloria”. Por eso tampoco cursé ninguna carrera hasta que cursé Comunicación muchos años después. Salí del secundario en una época donde empezaba la dictadura y lo mejor ya había pasado. No se sabía qué era lo que venía, pero la sensación con la que uno creció era que llegaba tarde a todas partes. Es una sensación que uno arrastra.

miércoles, 28 de junio de 2017

Es la vida la que nos vive





Valeria Tentoni: En tu ensayo Dioniso, también publicado por El hilo de Ariadna, trabajás la idea de la vida como algo que vive a través de nosotros, no a la inversa. Probablemente lo estoy citando mal, ¿podrías ahondar en el concepto? 

Hugo Mugica: Siempre tenemos la idea de la vida por un lado y nosotros por el otro.

Valeria Tentoni: De nosotros viviendo la vida.

Hugo Mugica: Claro, pero voy a pensar en la vida viviéndonos. Es la vida la que nos vive, nosotros somos ella. Yo cada vez estoy más impresionado por esa idea. Este último libro se llama Al alba los pájaros, y sale de un verso que dice que al alba no cantan los pájaros, es el alba que los canta. Después me doy cuenta de que empiezo a fundir más esa idea de que todos nos estamos creando, y todos somos esa vida, y veo cómo se van aboliendo las separaciones.



miércoles, 18 de mayo de 2016

Miradas

Fazal Sheikh

 "Quien no comprende una mirada 
tampoco comprenderá una larga explicación"

Proverbio árabe

 

miércoles, 30 de septiembre de 2015

Mameto Kiamasi en el Museo Etnográfico


Interesantísimo informe del Museo Etnográfico "J. B. Ambrosetti"

Nos adentramos en el Museo Etnográfico de la Ciudad de Buenos Aires, con una de las representantes de los afrodescendientes en Argentina, Mameto Kiamasi, para descubrir máscaras y diversos objetos que guardan parte de su pasado y presente.

viernes, 22 de mayo de 2015

Viendo Downton Abbey 2


Lo único que se de mí es que soy un hombre
en búsqueda de un mundo mejor.

jueves, 16 de abril de 2015

Insatisfacción


Claudio Naranjo

- ¿A qué se refiere con revelar la insatisfacción?
 

Porque detrás de toda búsqueda hay una insatisfacción y si queremos iniciar una búsqueda personal hacia el autoconocimiento y la transformación debemos ser conscientes primero de que este estado de cosas no nos satisface. La insatisfacción está ahí, bien latente y bien visible, lo que pasa es que el consumismo nos da respuestas del tipo: cómprate un coche mejor, cambia de casa, de ciudad, de pareja, de trabajo. Pero no vale la respuesta del consumismo porque la insatisfacción, así, no sólo no se resuelve sino que acabamos haciéndonos adictos a ella, que en realidad es lo que necesita el sistema: que seamos unos obedientes consumistas insatisfechos crónicos. Necesitamos respuestas más profundas que nos lleven a hacer cambios significativos.
 

- Tengo la impresión que tanto en la escuela como en la familia no siempre está bien vista la búsqueda ni la insatisfacción.

Y así es. Porque nuestra cultura no reconoce la búsqueda como un valor sino como un síntoma. Sólo se admite si está en el camino de la ambición profesional, pero si es algo indefinido, que es como tiene que ser la búsqueda en estado puro, enseguida se etiqueta. Dicen "qué persona tan inquieta", y se la ve rara. Si además es muy apasionada, la búsqueda no comprendida ni apoyada se hace dolorosa y acaba en la consulta del psiquiatra. Cabe la posibilidad de que se acabe interpretando como un síntoma esquizofrénico, angustia, etc., cuando en realidad no es más que la insatisfacción natural ante la vida alienada, separada y desestructurada que llevamos.


Claudio Naranjo
Sanar la civilización

miércoles, 4 de febrero de 2015

Enredos laberínticos

Jean-Joseph Perraud - La Desesperanza (1869)

El obsesivo va en el sentido contrario al objeto que causa su deseo. Bernardino Horne lo ha formulado con precisión al afirmar que “La neurosis obsesiva es una burocratización de la fobia”. Es una manera clara y certera de presentar a la obsesión hermanada con la fobia: un disfraz de enredos laberínticos que preservan al sujeto del encuentro con la falta. Pero, ¿cuándo se precisa una fobia? La fobia se instaura cuando el sujeto se encuentra con una falta que tiene para él estatuto de abismo, es decir de ilimitado; el peligro es perder el ser bajo el signo del fantasma de devoración, como enseña Lacan en el Seminario “La relación de objeto”. A la hora del amor, el obsesivo teme ser devorado por un Otro que desea. Por eso le resulta mucho más fácil someterse a cualquier requerimiento que se imponga dentro de los cánones de la demanda y evitar encontrarse con la mujer de sus deseos o quizá de sus sueños.

viernes, 9 de mayo de 2014

Lo cool y la verdadera militancia


Juan Carr: –De ahí nos quedó una relación Estado-sociedad que todavía es complicada. A mí me cuesta mucho compaginar, cohesionar y reunir a la comunidad con el Estado. No es fácil que se encuentren. El proceso es lento. Por suerte vamos saliendo de la beneficencia y la solidaridad es cada vez más horizontal, no es una limosna circunstancial. Hay un mirarse a los ojos, y así tiene más fuerza de transformación. El tema es que el producto final de la solidaridad es la justicia, pero la solidaridad sólo ocupa un espacio circunstancial. Y la justicia sólo la puede dar el Estado. Hoy hay un discurso, sobre todo en los jóvenes, que dice que ser solidario es cool, pero que no se le ocurre profundizar e ir a la política. Es una deficiencia del momento. Salvo excepciones –La Cámpora, la juventud socialista, la juventud de Sergio Massa, la juventud del PRO, la juventud radical–, en general la participación es corta. Mi terror es que la solidaridad cool es bárbara, pero si sólo es cool no cambia ni transforma nada. Se necesita participación política. Para una generación como la nuestra, participar en política era un orgullo. Deberíamos volver sobre eso, sobre todo, los sectores medios y medio-altos, que son los que tienen que dar los nuevos dirigentes. Yo admiro a los que hacen política, pero también sé que no es para mí. Y si digo tres veces la palabra política, siendo gordito, rubio y solidario, están viendo a qué lista voy. Bueno, Vasco, vos estabas en tu medio y eras exitoso. Tenías una vocación como empresario y te fuiste a hacer política. En el mundo de la solidaridad esto no pasó todavía.


  • Fragmento del reportaje "Entre el capitalismo, la filantropía y el hombre" de Lucía Alvarez en InfoNews

jueves, 1 de mayo de 2014

La buena onda





A veces uno entiende el amor como una expansión del yo, pero es muy interesante seguir la línea de una autora que se llama Simone Weil, que básicamente dice que en el amor siempre se pierde, nunca se gana. Por eso el amor no tiene nada que ver con la felicidad, el amor duele. Hay una lectura del amor y la felicidad muy ligada a nuestra sociedad de consumo, hay toda una redención del optimismo que es nefasta. Tenés que amar, tenés que estar feliz. Hay una invocación permanente a la buena onda: Olvidáte, poné huevos y sonreíle a la vida. Es una forma facilista de no hacerse cargo de lo conflictiva que es la existencia. El ser humano nace para morir, y ahí estamos en un conflicto desde el vamos. 

Darío Sztajnszrajber


  • Fragmento del reportaje publicado aquí



sábado, 19 de octubre de 2013

Viendo Downton Abbey


Podés perder demasiado tiempo
con un amor no correspondido.

Sabias palabras de la Sra. Patmore...

martes, 27 de agosto de 2013

Visibilidad de los afroargentinos

A 50 años del discurso de Martin Luther King, los afroargentinos construyen su identidad



La construcción de la personalidad histórica y cultural tiene ahora un nuevo integrante porque los afroargentinos construyen y buscan visibilizar su identidad en la Argentina, "un país racista al punto que considera que todos los negros que andan dando vueltas son extranjeros", según define Federico Pita, presidente de la Diáspora Africana de la Argentina (Diafar).

En la Argentina el movimiento afro, al igual que otros colectivos o minorías, se vio alentado a la movilización y organización por políticas públicas que en los últimos 10 años abrieron espacios desde el Estado. Una consecuencia clara de esa interrelación es que en el censo de 2010 se incluyó la pregunta, a nivel de muestra, "¿usted o alguna persona de este hogar es afro descendiente?". De éste y otros aspectos bien ignorados empieza a hablar Pita.

 Leer reportaje en Agencia Telam

 Diáspora Africana de la Argentina (Diafar)    www.diafar.org

sábado, 25 de mayo de 2013

El Antihéroe




¿Alguien trajo facturas para el mate?

 Por Isidoro Vegh

[…]Cuando desde el lugar de un padre se ejerce el goce de la voz, el grito, esa voz no es del orden del dicho. Cuanto más se grita, menos pasa la palabra. La voz llena el vacío del Otro. Conviene destacar que la voz, para que tenga el valor del imperativo categórico, eso que llamamos el superyó sádico, es una voz que va ligada a una palabra que demanda obediencia, que indica un mandato. Pero que no se reduce a ese mandato o a ese dicho. No es –dice Lacan en el Seminario “La angustia”– la voz de la música. Es una voz que va articulada a una orden. Y que se presenta así en la medida en que no está interrogada.

[…]Cuando el sujeto se encuentra ante una escena en la cual no puede avanzar, es inexorable que apunte para el otro lado, a la regresión. Por ejemplo, ¿quién no perdió alguna vez a un novio, una novia, un marido, una mujer, una amante? Es de lo más común que, en ese tiempo donde se quiebra una relación que para el sujeto ha sido importante, se apele a la agenda, se repasen números viejos. “No tengo recursos para avanzar, pero quiero pasar a algo distinto, probemos con lo que fue.” A veces, pocas, da resultado. La mayoría de las veces produce decepción.

[…]Tal vez no pueda interrogar su atrapamiento y lo viva como la consecuencia de un destino inexorable. Un análisis ayuda al sujeto a que haga de un destino un estilo. Hacer de un destino un estilo implica hacer, del lugar de objeto de goce para el Otro, el lugar vacío que invite a la creación.

[…]El fantasma es un conjunto de significantes anclados por un objeto de goce. Objeto de goce que tampoco es natural: se gesta en los encuentros del sujeto con el lenguaje del Otro. Se gesta en una contingencia, que depende de la relación, desde el comienzo, del sujeto con el Otro.

[…]Otra historia surge cuando el sujeto renuncia con sus sueños, cuando, ante su incapacidad para avanzar de acuerdo a sus sueños, resuelve invertir el recorrido: en lugar de realizar sus sueños, queda al servicio del Otro. El sujeto se siente degradado, sufre. Es lo que llamamos el antihéroe. Podemos encontrarlo en el monólogo de Anton Chejov “Sobre el daño que hace el tabaco” o en personajes representados por Chaplin o Woody Allen. Suelen ser personajes extremos en los cuales advertimos el riesgo que para cada uno implica ignorar el precio de una pérdida necesaria. Cuando una pérdida no es una desgracia, es una pérdida eficaz. En cambio, cuando el sujeto no paga la entrada, sólo tendrá una función deslucida; más de lo mismo.

* de Senderos del análisis. Progresiones y regresiones, que distribuye en estos días ed. Paidós.




lunes, 20 de mayo de 2013

Jorge Cafrune


No soy muy sentimental respecto a los artistas, pero cuando aquellos que son  genuinos parten hacia otras dimensiones no pudo dejar de sentir que el mundo se empobrece un poco. He llorado o extrañado a menos. Más que nada  a aquellos que siento que su partrida fue prematura. Una fue la Negra Sosa. Otro, Jorge Cafrune. Gente con una voz inigualable y una sensibilidad por lo popular y por las personas que sufren en este mundo desigual. Hoy, Eva Cafrune, hija de Jorge, subió esta foto al Facebok y me llegó al alma. Lo pinta de cuerpo entero, brindando sus cantares en una escuelita rural.

¡Inolvidable, Jorge Cafrune!

 
Jorge Cafrune por el Tomi Muller

domingo, 12 de mayo de 2013

El lugar del síntoma




No son pocas las veces que el hijo es colocado en el lugar del síntoma, del chivo expiatorio sobre el cual cae toda la responsabilidad del sufrimiento familiar. Él es el problema y, ubicado en ese lugar, resulta funcional a todos y paga con su sufrimiento el costo de la patología del hogar.

Lic. Gabriel Rolón