UN TESORO OCULTO EN DESECHOS PESQUEROS
A partir de una propuesta de desarrollo generada por el Subprograma de Microbiología del INTI, a cargo del Dr. César Melton Libenson, el laboratorio de Microbiología del Centro INTI - Mar del Plata desarrolló una metodología simple para el aislamiento de un material de origen natural denominado Quitosano, el cual puede ser utilizado en diferentes áreas de la industria nacional.
El quitosano es una sustancia que se obtiene a partir de Quitina. La quitina, se encuentra ampliamente distribuida en la naturaleza, como principal constituyente de las partes duras del cuerpo de muchos invertebrados, por ejemplo en el caparazón de crustáceos marinos (camarones, langostinos, langostas, cangrejos y krill) y también se la encuentra formando parte de algunos hongos.
Este biomaterial, es el polisacárido natural más abundante en la naturaleza, después de la celulosa. El quitosano, se obtiene a partir de la quitina, luego de aplicar una serie de tratamientos químicos relativamente sencillos, y posee características especiales que le otorgan un gran potencial de uso en muchos campos de la industria, tales como la farmacéutica, la alimenticia, insumos agrícolas, entre otras.
El quitosano es un biopolímero no tóxico, biodegradable y biocompatible, pero además se le reconoce actividad antimicrobiana, antiviral y antifúngica.
Otra característica interesante, es su capacidad para formar películas (films) que pueden utilizarse para elaborar recubrimientos y además tiene propiedad emulsionante, absorbente y adsorbente.
En nuestro país, los exoesqueletos de camarones y langostinos, constituyen un desecho de la industria pesquera sin aprovechamiento alguno. Como este residuo no tiene ninguna aplicación específica, en Mar del Plata se destina a la producción de harina de pescado.Otra característica interesante, es su capacidad para formar películas (films) que pueden utilizarse para elaborar recubrimientos y además tiene propiedad emulsionante, absorbente y adsorbente.
Pelado del langostino |
En otras zonas del país con mayores volúmenes de captura y procesamiento, como por ejemplo las rías de Bahía Blanca, la disposición inadecuada de estos residuos sin ningún tratamiento previo, podría generar problemas de contaminación debido a la acumulación progresiva de materia orgánica en el medioambiente.
Una alternativa interesante para minimizar este impacto y darle valor al residuo, es considerar estos desechos como una fuente de materia prima para la obtención de bioproductos, en este caso un polímero de características especiales, el quitosano.
El estudio de este compuesto, reviste cada vez un mayor interés, debido a su enorme campo de aplicación potencial en la industria, con más de 200 usos posibles.
Algunos de estos usos, en permanente investigación, son: en el campo de la agricultura, el recubrimiento de semillas para su conservación y de sistemas liberadores de fertilizantes; en medicina, la producción de gasas, vendas e hilos de sutura; en farmacología, tiene aplicaciones como aditivo bactericida en jabones y agente hidratante y cicatrizante en cremas; en la industria de alimentos se puede utilizar como preservante, antioxidante, emulsionante, y estabilizante de color; en biotecnología, puede servir como soporte para la inmovilización de enzimas, producción de biosensores y el reemplazo de productos plásticos; es posible utilizarlo también en diversos tratamientos de aguas residuales y para la captura de metales pesados y pesticidas; otro campo de aplicación posible es la fabricación de papel y de fibras para la elaboración de filtros especiales, así como productos textiles.
Bioproductos obtenidos |
Para la obtención de este producto, se utilizaron exoesqueletos de langostino (cáscaras o peladuras), que constituían un residuo de reproceso de langostinos enteros congelados.
Para llevar a cabo el proceso de aislamiento, se implementó un tratamiento químico controlado que consta de distintas etapas, partiendo de una materia prima compuesta por las cáscaras lavadas, secadas y molidas. Se obtuvo quitina en polvo y hojuelas de quitosano, con un rendimiento aproximado del 80%.
En próximas etapas, se trabajará en la optimización de las condiciones de proceso y en el desarrollo de una técnica para establecer la pureza del producto obtenido. El objetivo es obtener un biopolímero de pureza mayor a 75 %. Por otra parte, el Área de Ingeniería Ambiental de INTI-Mar del Plata comenzará un programa de trabajo para ensayar la acción coagulante y floculante del quitosano sobre efluentes industriales.
Artículo original: website INTI Noticiero
Servicio de atención al Público 0800 444 4004 · consultas@inti.gob.ar
No hay comentarios:
Publicar un comentario