domingo, 3 de abril de 2011

Emaús - Alessandro Baricco

"Así, sin saberlo, heredamos la incapacidad para la tragedia y la predisposición hacia la forma menor del drama: porque en nuestras casas no se acepta la realidad del mal, y esto pospone hasta el infinito cualquier forma de desarrollo trágico, liberando la amplia ola de un drama mesurado y permanente –la marisma en la que hemos crecido. Es un hábitat absurdo, hecho de dolor reprimido y de censuras cotidianas. Pero nosotros no podemos darnos cuenta de lo absurdo que es porque como reptiles de marismas tan sólo conocemos ese mundo, y la marisma es para nosotros la normalidad. Por eso somos capaces de metabolizar increíbles dosis de infelicidad tomándola como el curso obligado de las cosas; no nos alcanza la sospecha de que escondan heridas que hay que curar, ni fracturas que recomponer." - Alessandro Baricco - Emaús


Finalmente, con un par de años de retraso con respecto a Europa, se publicó en Argentina la novela corta de Alessandro Baricco, Emaús  (Emmaus, 2009). Me había extrañado que no la hubiesen lanzado el año pasado cuando Baricco anduvo por estos pagos con motivo de la Feria del Libro, en ese entonces prefirieron traer City. Pero bueno, mejor tarde que nunca. En este momento casi todas las novelas de Baricco están en las librerías aunque Seda sigue siendo la más promocionada.
Esta parece ser la novela más autobiográfica del autor, y la impresión que me dio es que es alguna suerte de ejercicio de exorcismo de sus fantasmas de adolescencia. Trata sobre la relación de un grupo de cuatro amigos adolescentes fervientemente católicos con su entorno, sus padres, los "otros" y el golpe que significa en sus vidas el despertar a una realidad más amplia que la de su estructurada vida religiosa: la revelación de que la vida se vive como un gran borrador y no como una historia impuesta, y que aún lo que sabemos desde siempre tiene que esperar su momento para corporizarse y transformarnos.
El autor cambia otra vez la forma pero conserva sus temas de siempre: las dificultades que impone el deseo, el destino como un camino y el dolor de crecer. Aún con un final un poquito acelerado, como queriéndose sacar de encima estos textos dolorosos una vez terminada la historia, la novela nos trae otra vez ese mundo baricconiano que tanto puede disfrutarse.

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